Durante la Escuela de Padres «Vanguardia metodológica: el porqué de la neurodidáctica en nuestro colegio», explicamos a las familias el porqué de metodologías como el trabajo cooperativo o basado en proyectos y su explicación “neurodidáctica”, conectando la práctica cotidiana con datos de las neurociencias y los cambios en la sociedad actual.
Fue una escuela de padres muy especial, ya que habitualmente no nos detenemos a reflexionar sobre los porqués de lo que hacemos, analizando sus causas, si no que deseamos saltar directamente al cómo implementar ciertas metodologías. De entre los muchos temas a abordar, pensamos que en una sociedad como la actual -con múltiples perspectivas y enfoques- es más necesario que nunca hablar sobre los porqués, y tener adecuados «modelos mentales» a fin de no dejarnos llevar por una corriente u otra que nos alejen de nuestros verdaderos objetivos. Por otro lado, los cambios metodológicos actuales suponen una realidad en el aula de nuestros hijos e hijas/alumnos y alumnas de hoy, muy diferente a la que hemos vivido en nuestra etapa escolar, por lo que es necesario clarificar a las familias el porqué de todos estos cambios, a veces difíciles de entender, pues chocan con las concepciones tradicionales del aprendizaje de muchos padres y madres que se preguntan: ¿pero de verdad con los proyectos se aprende?
Hablamos, entre otros temas, sobre los cambios que han supuesto las nuevas tecnologías, la necesidad de «aprender a aprender» a lo largo de toda la vida, la coexistencia de múltiples puntos de vista y la necesidad de capacidad crítica, de saber cooperar en equipos multidisciplinares para resolver problemas complejos y de educar «para la vida».
Explicamos los beneficios del aprendizaje cooperativo y de superar la «lógica industrial» en la escuela -aunque matizamos, que ciertos aprendizajes seguirán siendo necesarios de forma individual- y como la verdadera cooperación requiere un cambio de mentalidad para poder llevarse a cabo.
Finalmente explicamos la necesidad de ir implementando poco a poco, a medida que nos sintamos seguros, un aprendizaje cada vez más basado en problemas, en preguntas, en aprender a «usar» en una sociedad que infravalora lo práctico, y como los contenidos a enseñar en la escuela han de ser diversos: declarativos (aprender a decir), procedimentales (aprender a hacer) y actitudinales (aprender a ser), contenidos que no han de ser un fin, sino un medio para adquirir competencias para la vida.
Creemos que, fomentando la curiosidad, tomando decisiones, afrontando el miedo al fracaso, asumiendo el error como parte del aprendizaje, investigando, contrastando… alimentaremos también en las escuelas, la emoción, el deseo y la necesidad de aprender, tan naturales en el ser humano.