Cuestión de actitud

“Es una cuestión de actitud” escuchamos cuando las personas que se enfrentan a las situaciones con ganas acaban teniendo éxito. Disfrutar en el proceso para conseguir un resultado puede ser la fórmula para conseguir la felicidad.

Es fundamental que eduquemos a nuestros hijos para que adopten una buena actitud ante todo aquello a lo que se enfrentan a diario: el colegio, los amigos, las relaciones familiares, las múltiples actividades que realizan, incluso, a los conflictos y dificultades que surgen en el día a día.

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Os ofrecemos 5 consejos prácticos para favorecer la ACTITUD:

  1. Educar desde el positivismo, viendo el lado bueno de las cosas: tomar las dificultades como oportunidades de aprendizaje.
  2. Tolerar la frustración. Es importante hacer ver a nuestros hijos que deben saber que no todo se consigue la primera vez que se intenta, que no pasa nada por equivocarse. Lo importante es no abandonar aquello que se quiere conseguir.
  3. Escuchar y comprender. Es importante no juzgar antes de saber realmente lo que ocurre.
  4. Autoconocimiento. Saber de qué somos capaces, valorar nuestras posibilidades, indagar límites y saber cómo superarse.

Disfrutar: tanto de lo sencillo y cotidiano, como de lo novedoso e imprevisible. Animar a conocer, investigar y a ser curiosos por todo aquello que nos rodea.

5 claves para que tus hijos crezcan felices

Somos conscientes de que a los padres les preocupa, además de los resultados académicos, la felicidad de sus hijos. Aquí tenéis las cinco claves que no pueden faltar en la educación de vuestros hijos para que crezcan como personas felices.

1. Cariño. Si, lo sabemos lo has leído muchas veces, el cariño es la base de la felicidad, las personas somos seres que necesitamos afecto y comprensión de nuestros seres cercanos. Nosotros somos la referencia y las personas mas cercanas a nuestros hijos por lo tanto nos toca a nosotros como padres ofrecer ese cariño.

2. Cuanto menos ruido mejor. Ni una sola voz mas alta que otra, se trata de hablar claro, no mas alto. Lo único que conseguirás gritando es que te tema, no que te respete. Con un tono amable captas su atención y haces atractivas tus palabras.

3. Sustituye el «no» rotundo por un «mejor así». Si eres ejemplo para tus hijos y ofreces otras opciones, a la vez que modelas sus conductas, ofreces nuevos aprendizajes para hacer las cosas mejor.

4. Ofréceles libertad. Libertad para equivocarse, para explorar, aprender cosas nuevas por sí mismos y para tener responsabilidades. No intentemos hacer todo por ellos ni ponerles las cosas demasiado fáciles. Está demostrado que las personas que consiguen las cosas por sí mismos tienen mejor autoestima.

5. Ofrece tiempo de calidad a tus hijos. La felicidad de nuestros hijos es directamente proporcional a la calidad de tiempo que pasamos con ellos.

Quiero hacerlo solo

 

Es muy comprensible que los padres quieran evitar que sus hijos sufran, pero impedir que se enfrenten a sus propias dificultades, privarles de resolverlas, es privarles de un aprendizaje muy valioso.

Fomentar la autonomía en los niños es muy importante para el desarrollo de su autoestima, seguridad y confianza en sí mismos. Cualidades que necesitarán a lo largo de su vida.

Para desarrollar su autonomía debemos de empezar desde edades muy tempranas. Para ellos el juego y los hábitos son formas muy sencillas de aprendizaje. Estos hábitos pueden comenzar con pequeñas tareas que los niños pueden hacer por sí mismos y relacionados con su vida cotidiana: la alimentación (lavarse las manos antes de comer), la higiene (lavarse las manos sólo, cepillarse los dientes, peinarse) , vestirse (ponerse las zapatillas, subir la cremallera, ponerse el abrigo, coger la ropa), etc.

Aquí os ofrecemos algunos consejos para fomentar la autonomía de los pequeños:Ofrecerle opciones en sus elecciones y así favorecer la toma de decisiones.

  • Promover su autoestima: felicitar sus logros y esfuerzos.
  • Respetar el proceso o ritmo del niño y de su aprendizaje.
  • Motivar pero no frustrar al niño, no desanimarle.
  • Aceptar los errores o las equivocaciones como parte del aprendizaje y así aprender de ellos.
  • Evitar el uso de etiquetas: si ha hecho algo mal, evitar llamarle “patoso” o decirle “lo haces mal” y explicarle que esa tarea no la ha hecho correctamente pero que puede mejorar y hacerlo bien.
  • Estimular su razonamiento y dejarles que ellos mismos piensen y actúen sin adelantarnos a su respuesta.
  • Actuar respetando sus posibilidades (darle responsabilidades adaptadas a su edad y sus capacidades).
  • Enseñarle a buscar soluciones.
  • Procurar que ellos acepten las consecuencias de sus actos, ya sean positivas o negativas.