Hoy en día, los adultos vivimos más preocupados por el futuro de los niños que por el propio presente que viven. Por ello, programamos su día a día enfocado a su educación y aprendizaje de cara a un buen futuro laboral. Nos olvidamos de que los niños tienen que ser niños, tienen que reír y jugar, tienen que saltar y cantar, tienen que mancharse de barro, en definitiva, tienen que disfrutar sin que esa actividad esté enfocada en un objetivo académico. También deben de jugar y disfrutar sólo como algo lúdico.
Por ello, en esta publicación, se muestran algunos de los inconvenientes de empujar a los niños hacia el éxito, los aspectos importantes qué deben saber realmente los niños y lo que no deben de olvidar los padres.