7 estrategias para conversar con niños pequeños

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La comunicación entre padres e hijos se hace esencial a la hora de establecer una buena relación de afecto y un ambiente educativo correcto. Por ello hoy queremos ofreceros siete estrategias básicas que debemos tener en cuenta a la hora de hablar con los más pequeños:

1. Colócate a su altura: es muy importante que te vea la cara mientras le hablas. Al igual que a los adultos el contacto visual ayuda a establecer interacción. Los gestos faciales son muy importantes a la hora de transmitir mensajes y es necesario que ellos puedan observarlos.

2. Habla con un tono adecuado al mensaje que quieras transmitir. No es necesario gritar aunque estés enfadado y el mensaje sea de corrección de un acto que ha realizado de manera incorrecta, si el tono es firme pero se transmite con calma el mensaje será captado con mayor facilidad. Si el tono es cariñoso, los niños tienden a atender mejor.

3. Frases cortas y sencillas, adecuadas a su edad. Evitaremos tonos infantiles, palabras en lenguaje infantil y la «ñoñería» ya que ellos tienden a imitar y necesitan adquirir un vocabulario correcto. Del mismo modo evitaremos explicaciones largas y con explicaciones complejas, no las comprenderán y desconectarán pronto de la conversación.

4. Asegúrate de que te está escuchando: si hablas con tu hijo/a en un momento en el que no está centrado, está llorando, bloqueado o hablando  a la vez que tú hablas la comunicación no será eficaz.

5. Escucha lo que tiene que decirte, en ocasiones sólo damos pautas, normas o consejos y no escuchamos motivos o razones que nos dan sobre su manera de actuar. Cuando ellos hablan y explican sus acciones recapacitan sobre ellas.

6. Demuéstrale que entiendes lo que siente: Sé que estás enfadado, nervioso, asustado, muy contento…. pero he de decirte que… de ese modo el niño se siente comprendido y empieza a tener otra actitud para escuchar.

7. Aprovechad cualquier momento para conversar. Es muy importante comunicarse con los pequeños, fortalece su autoestima, les enseña a hablar y a escuchar, fomenta actitudes de respeto, habilidades sociales y de relación con los demás y sobre todo os unirá como familia.

7 beneficios de leer con nuestros hijos

Este fin de semana se ha celebrado el día del libro. La celebración del Día del libro se remonta a 1926. El 23 de abril de 1616 fallecían Cervantes, Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega. Esta fecha tan simbólica para la literatura universal fue la escogida por la Conferencia General de la UNESCO para rendir un homenaje mundial al libro y sus autores. Hay una intención de inculcar a todos, incluso a los más pequeños el placer de la lectura.

Por ello hoy en nuestro blog queremos exponerles las ventajas de la lectura en familia. Actualmente, con tantos recursos digitales y aparatos electrónicos, se empieza a dejar de lado los cuentos y libros en papel, algo que con los más pequeños, deberíamos recuperar y darle más importancia.

Los siete beneficios de leer con nuestros hijos:

1. Generamos tiempo para estar con nuestros hijos, nos relacionamos, disfrutamos juntos y es un espacio de comunicación con ellos. Les demostramos que son importantes para nosotros y ofrecemos calidad al tiempo que pasamos con ellos.

2. Si nosotros leemos, ellos leen. Los pequeños tienden a imitar nuestras acciones y si damos importancia a estos momentos, ellos también lo harán. Un niño que lee desde pequeño, tiene una mayor probabilidad de éxito académico y mayores probabilidades de tener éxito después en su vida laboral.

3. Si tienen acceso a cuentos y libros, los manipularán, de este modo se fomentará en los niños la curiosidad y disfrutarán con ellos.

4. Gracias a la lectura, los niños adquieren vocabulario y formas de expresión que les ayudará en su lenguaje y comunicación con los demás.

5. La lectura es muy beneficiosa para mantener la atención y la concentración, es importante que los niños comprendan lo que leen, de este modo el estudio de temas curriculares se convertirá en algo más fácil.

6. La lectura de cuentos ofrece oportunidades de aprendizaje y nuevos escenarios donde poder investigar, aprender formas de comportamiento e iniciar en valores a los más pequeños.

7. Aumenta la creatividad, fomenta la imaginación mientras disfrutan de historias fantásticas pasando momentos divertidos.

¡NO! ¡No quiero hacerlo! 6 consejos para afrontar la etapa negativista.

1. Explicar sin reñir: Muchas veces pensamos que saben ya todas las normas básicas. En ocasiones, sólo se saltan normas porque no las conocen y están probando “que ocurre si hago esto…” Hay que decirles tranquilamente que eso no se hace y enseñarles una alternativa.

2. No a los gritos: Si nos dejamos llevar por la rabieta, pataleta y empezamos a gritar, podemos llegar al absurdo de decir gritando “¡NO GRITES!”. Si le hablamos suavemente, le distraemos, redirigimos los intereses del momento, habrá más calma para tratar el tema.

3. Hacemos las cosas a modo de juego: Divertirse haciendo las cosas cotidianas es productivo, podemos participar en un concurso de “ser el más rápido vistiéndose”, a ver quién llega antes hasta la bañera… Acabaremos la tarea con satisfacción doble: se ha hecho la tarea y hemos pasado un rato divertido.

4. En vez de prohibir, enseñamos con motivos: No es lo mismo decir “No saltes encima del sofá” que decir “en el sofá mejor sentados, si lo ensucias luego no nos podremos sentar”. Explicar una misma cosa de forma positiva es una buena ejercitación para los padres a cualquier edad.

5. La forma de sancionar: Es necesario que las amenazas de los padres sean seguidos por efectos reales, de lo contrario se pierde la credibilidad y la efectividad.

6. Los refuerzos positivos: El niño necesita felicitaciones. Cuando se lo merece, debe ser felicitado por lo que ha hecho. Son necesarios los momentos de cariño, de reconocimiento por lo bueno que ha sido y de dar en cierto momentos esos “mimos” tan necesarios para los más pequeños.

Momentos de relajación

En nuestro día a día, podemos sufrir situaciones de tensión o incluso, en los casos más extremos, de estrés. Estas situaciones nos hacen ser menos eficientes, afectan a nuestras relaciones e incluso pueden ser perjudiciales para nuestra salud. Los niños también se enfrentan a diario a muchas actividades que pueden generarles tensión. Para contrarrestar estas situaciones de agitación, excesiva actividad y nerviosismo podemos contar con ejercicios de relajación.

La relajación nos ayudará a alcanzar el bienestar físico y mental, agradable tanto para adultos como para niños. Por eso es importante que integremos los juegos de relajación en las actividades de los más pequeños. Compartimos con vosotros un vídeo con ejercicios de iniciación a la relajación para conseguir llegar a la calma después de un día lleno de tensiones.

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=xmxp21p_qIY]

Quiero hacerlo solo

 

Es muy comprensible que los padres quieran evitar que sus hijos sufran, pero impedir que se enfrenten a sus propias dificultades, privarles de resolverlas, es privarles de un aprendizaje muy valioso.

Fomentar la autonomía en los niños es muy importante para el desarrollo de su autoestima, seguridad y confianza en sí mismos. Cualidades que necesitarán a lo largo de su vida.

Para desarrollar su autonomía debemos de empezar desde edades muy tempranas. Para ellos el juego y los hábitos son formas muy sencillas de aprendizaje. Estos hábitos pueden comenzar con pequeñas tareas que los niños pueden hacer por sí mismos y relacionados con su vida cotidiana: la alimentación (lavarse las manos antes de comer), la higiene (lavarse las manos sólo, cepillarse los dientes, peinarse) , vestirse (ponerse las zapatillas, subir la cremallera, ponerse el abrigo, coger la ropa), etc.

Aquí os ofrecemos algunos consejos para fomentar la autonomía de los pequeños:Ofrecerle opciones en sus elecciones y así favorecer la toma de decisiones.

  • Promover su autoestima: felicitar sus logros y esfuerzos.
  • Respetar el proceso o ritmo del niño y de su aprendizaje.
  • Motivar pero no frustrar al niño, no desanimarle.
  • Aceptar los errores o las equivocaciones como parte del aprendizaje y así aprender de ellos.
  • Evitar el uso de etiquetas: si ha hecho algo mal, evitar llamarle “patoso” o decirle “lo haces mal” y explicarle que esa tarea no la ha hecho correctamente pero que puede mejorar y hacerlo bien.
  • Estimular su razonamiento y dejarles que ellos mismos piensen y actúen sin adelantarnos a su respuesta.
  • Actuar respetando sus posibilidades (darle responsabilidades adaptadas a su edad y sus capacidades).
  • Enseñarle a buscar soluciones.
  • Procurar que ellos acepten las consecuencias de sus actos, ya sean positivas o negativas.

Rutinas en la Educación Infantil

 

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             Instaurar rutinas adecuadas durante la etapa de Educación Infantil, es muy importante ya que promueve la autonomía en las actividades habituales y diarias del niño. Estas rutinas le generan seguridad y confianza en sí mismo, le permiten crear nuevos aprendizajes y resolver dificultades que se puedan encontrar. Las van adquiriendo progresivamente a medida que van creciendo y madurando.

Rutinas básicas:

  • La alimentación ( establecer un horario, lavarse las manos antes de comer, lavarse los dientes después de comer, masticar bien y no jugar con la comida).
  • Control de esfínteres
  • Vestirse (calzarse y descalzarse, vestirse y desvestirse, abrocharse y desabrocharse los botones, subir y bajar la cremallera).
  • Relaciones sociales (saludar, dar las gracias y decir por favor, esperar y respetar su turno, pedir permiso, aprender a compartir y no gritar).
  • Sueño. Distribuir las horas de sueño. (espacio de descanso tranquilo, cómodo y relajado).

 

¿Qué podemos hacer en casa para favorecer las rutinas necesarias?

  • Evitar la sobreprotección y anticipar lo que vamos a hacer: hora de vestirse (tú puedes hacer sólo… yo te ayudo a…), hora del desayuno, aseo…
  • Seguir rutinas, aunque no sea a unas horas exactas, si conviene hacerlo todo en el mismo orden para que el niño pueda anticipar lo que viene después.
  • Valorar todo aquello que el niño hace sólo y reforzar positivamente que vaya interiorizando las rutinas (después de comer hay que lavarse los dientes…)
  • Presentar las rutinas de manera divertida y natural, no imponerlas. Si los niños perciben que es algo divertido dónde pueden experimentar y obtener logros personales, estarán motivados y participan activamente en la adquisición de autonomía.
  • Organizar bien los tiempos: Los niños necesitan alimentarse, dormir, aseo personal, estudio pero también debemos tener en cuenta que necesitan juego y actividad como rutina.
  • Ser flexibles y estar atentos a las necesidades de nuestros hijos.

 

En nuestros próximos post profundizaremos en cada una de las rutinas básicas y en recomendaciones para instaurarlas en el hogar.