¡NO! ¡No quiero hacerlo! 6 consejos para afrontar la etapa negativista.

1. Explicar sin reñir: Muchas veces pensamos que saben ya todas las normas básicas. En ocasiones, sólo se saltan normas porque no las conocen y están probando “que ocurre si hago esto…” Hay que decirles tranquilamente que eso no se hace y enseñarles una alternativa.

2. No a los gritos: Si nos dejamos llevar por la rabieta, pataleta y empezamos a gritar, podemos llegar al absurdo de decir gritando “¡NO GRITES!”. Si le hablamos suavemente, le distraemos, redirigimos los intereses del momento, habrá más calma para tratar el tema.

3. Hacemos las cosas a modo de juego: Divertirse haciendo las cosas cotidianas es productivo, podemos participar en un concurso de “ser el más rápido vistiéndose”, a ver quién llega antes hasta la bañera… Acabaremos la tarea con satisfacción doble: se ha hecho la tarea y hemos pasado un rato divertido.

4. En vez de prohibir, enseñamos con motivos: No es lo mismo decir “No saltes encima del sofá” que decir “en el sofá mejor sentados, si lo ensucias luego no nos podremos sentar”. Explicar una misma cosa de forma positiva es una buena ejercitación para los padres a cualquier edad.

5. La forma de sancionar: Es necesario que las amenazas de los padres sean seguidos por efectos reales, de lo contrario se pierde la credibilidad y la efectividad.

6. Los refuerzos positivos: El niño necesita felicitaciones. Cuando se lo merece, debe ser felicitado por lo que ha hecho. Son necesarios los momentos de cariño, de reconocimiento por lo bueno que ha sido y de dar en cierto momentos esos “mimos” tan necesarios para los más pequeños.

Escuela de padres: Técnicas de Estudio y Orientación en Educación Primaria

 

Este lunes realizamos una nueva sesión de la Escuela de Padres en la que se habló de la importancia de crear hábitos de estudio y la organización del tiempo, entre otras orientaciones, en la etapa de Educación Primaria. Dado que a veces resulta complicado, aquí les facilitamos el siguiente enlace donde podrán consultar un resumen de todas las pautas y orientaciones  dadas durante la sesión.

Educar con dos sentidos: sentido común y sentido del humor

Muchas veces llevar a cabo la tarea de ser padres puede resultar difícil, producir incertidumbre y miedo a no hacerlo bien. Os ofrecemos una ponencia donde el humor y la ironía cobran importancia en el día a día de la educación familiar. Es de gran utilidad saber utilizar la paciencia, el humor y la diversión como alternativa a los conflictos.

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Celos entre hermanos

 

Los celos entre hermanos son sentimientos naturales que se dan en muchas familias. Se caracteriza por la sensación de creer que ya no son correspondidos por las personas que quieren (lo padres) y se sienten desplazados. Esta situación puede crear odio y rechazo hacia personas que quieren mucho. Por ello, aquí les ofrecemos una serie de consejos que pueden seguir:

  • Dedicarle el mismo tiempo a todos los hermanos, independientemente de la edad que tengan (aunque sean mayores también necesitan tiempo de sus padres), hay que dedicarles la misma atención.
  • Realizar actividades juntos, ya sea toda la familia o solo entre los hermanos.
  • Dedicar tiempo a hablar toda la familia y que todos tengan la oportunidad de expresar sus opiniones (positivas y negativas) sin que resulte dañino para nadie.
  • Reconocer las fortalezas de todos los hermanos e intentar que se apoyen entre ellos, deben verse como amigos y hermanos y no como rivales.
  • No mostrar más interés por un hermano que por otro, no tener preferencia por alguno de los hijos y evitar comparaciones entre ellos.
  • Es importante mantener una actitud justa, por igual, para todos los hermanos y mostrar empatía hacia ellos.
  • Si en la familia se dan problemas de celos entre hermanos es importante que trabajen juntos, realizando actividades diferentes (juegos, deportes, tareas del hogar, etc).
  • Prevenir situaciones en las que se puedan dar comportamientos celosos hablando con ellos y preparándoles para afrontar lo que pueda suceder.
  • Es importante mostrarles los errores como una forma de aprender. También se debe de felicitar los logros y los aspectos positivos, siempre por igual para todos.

«Dime con quién andas…»

 

En la etapa de la adolescencia, las amistades comienzan a jugar un papel muy relevante. Los amigos empiezan a ser aquellas personas en las que más confían, de las que más cerca se sienten y las que más influencia ejercen en sus actos y opiniones. A la vez que se produce este acercamiento hacia sus iguales, empieza a ponerse de manifiesto un distanciamiento hacia los adultos (los padres principalmente) en un intento de buscar su independencia y autonomía. Es fácil que surja la preocupación y el interés como padres en conocer cómo son estas amistades e influencias de sus hijos, a qué se dedican cuándo están juntos, qué problemas les suelen surgir, etc.

Hoy os remitimos a una página web dedicada a la creación de recursos educativos, donde os proponen cinco consejos para hablar con vuestros hijos adolescentes acerca de sus amistades.

5 CLAVES PARA MEJORAR EL AMBIENTE FAMILIAR

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Todos hemos leído muchas pautas para implantar normas y límites a nuestros hijos. El trabajo que debemos hacer no es sólo leer y aplicar, sino que hay un paso intermedio al cual se debería conceder la máxima importancia: adaptar las pautas a nuestra realidad. Preguntarnos: ¿Las puedo aplicar habitualmente? ¿Puedo incorporar estas pautas a mis rutinas y hábitos de vida? ¿Puedo hacerlo en el tiempo que tengo de dedicación a mis hijos?

Para ayudaros, queremos ofrecer unas pautas sencillas, abiertas y con posibilidades de adaptación a cada familia de nuestro Colegio.

  1. Acordar normas entre progenitores o personas que están al cargo de la educación de los niños. No podemos ofrecer normas contradictorias y permitir lo que otros no permiten, sólo causaremos confusión.
  2. Ayudaremos a los pequeños a organizarse estableciendo rutinas. Ellos sabrán lo que van a hacer después y eso les da tranquilidad.
  3. Ser claro y conciso cuando demos consejos o indiquemos si algo está bien o mal. Si decimos frases como “Pórtate bien”, “Eres un torpe”, “Siempre lo haces mal”… nos vamos a generalizaciones que no ayudan a los pequeños porque no lo entienden. Debemos ser concretos: Has recogido los juguetes bien, hoy has comido bien, no rompas los juguetes, lo has hecho genial (justo después de realizar una acción),
  4. Hablar con un lenguaje claro y frases muy cortas, en tono firme pero tranquilo. De nada nos sirve dar grandes argumentaciones a los pequeños, ni repetir la misma frase como un disco rayado. Frases cortas y dar tiempo para que se cumplan.
  5. Establecer consecuencias a sus actos. No nos vale el simple hecho de premios o castigos materiales, si hace algo bien debemos valorarlo y si hace algo mal dejar que asuma su consecuencia sin enfadarnos (si rompe un juguete explicarle que no puede jugar más con él…).

Las normas para los pequeños son una guía, ellos no saben que se debe y que no se debe hacer por lo que van poniendo a prueba todas las posibilidades, será nuestra reacción a sus hechos lo que les refuerce o no sus conductas.

Si las normas son sencillas y claras ellos se sentirán más seguros porque las comprenden y les ofrecemos un apoyo para seguir desarrollando su personalidad.

Aplicando el sentido común a la hora de educar a nuestros hijos lograremos una evolución de su comportamiento positivo. De este modo los miembros del ámbito familiar nos encontraremos en armonía a la hora de tomar decisiones e involucrados en la educación.

La motivación en los niños

 

El tema de la motivación siempre ha sido de gran interés, abarca muchos aspectos de nuestro día a día. Hace referencia a la acción o el motivo que nos impulsa a hacer algo y esto dentro del proceso de enseñanza /aprendizaje forma un papel fundamental.

Por tanto, tenemos que tener en cuenta la motivación en los menores, ya que de ello depende su atención, aprendizaje, valoración social, satisfacción de realizar un trabajo bien hecho, superación personal, autonomía, etc. Además, el papel del adulto, debe ir dirigido a las expectativas que fijemos en ellos y las oportunidades de éxito que les ofrezcamos.

A continuación les indicamos estrategias para fomentar la motivación en los niños:

  • Evitar las críticas negativas y mantener una actitud positiva.
  • Conocer las causas del éxito o del fracaso.
  • Promover actividades donde el riesgo de fracaso es menor.
  • Mantener un diálogo abierto.
  • Involucrarlos en las decisiones.
  • Apoyarles.
  • Crear un ambiente abierto y positivo.
  • Ayudarles a sentirse valorados dentro de un grupo (amigos, familia, clase…).
  • Tratarlos con respeto y confianza.
  • Contarles nuestras propias vivencias personales.
  • Reconocer su esfuerzo.
  • Darles tiempo para realizar su trabajo, cada persona tiene su propio ritmo de trabajo.
  • Enseñarles a aprender de los errores y verlos como una oportunidad para aprender a mejorar.


Hace unos días os propusimos un vídeo-documental sobre los peligros de un mal uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación. Queremos seguir haciendo hincapié en la necesidad de educar en una buena gestión de las mismas, de manera que fomentemos en los nuestros jóvenes un uso responsable. La familia, como primer agente de socialización, es el espejo donde se reflejan nuestros hijos. Por ello, creemos que el uso que los adultos hacen de dichas herramientas debe ser un ejemplo para ellos.

Hoy os proponemos una interesante entrada de un blog donde se muestran una serie de consejos sobre cómo plantearse este uso correcto de las nuevas tecnologías.