Reglamento para padres de hijos deportistas

Son muchos e intensos los beneficios del deporte en nuestros hijos. Está comprobado que brinda un excelente desarrollo a nivel físico, motor, afectivo, emocional y mental.

Pero también es cierto que la actitud de los padres, ante sus hijos deportistas pueda que haga qué estos beneficios anteriormente descritos se vean reducidos, mermados e incluso provoque efectos perjudiciales en nuestros hijos.

En el siguiente artículo nos presentan ideas y actitudes que debemos tener en cuenta ante la práctica deportiva de niños y adolescentes.

5 claves para que tus hijos crezcan felices

Somos conscientes de que a los padres les preocupa, además de los resultados académicos, la felicidad de sus hijos. Aquí tenéis las cinco claves que no pueden faltar en la educación de vuestros hijos para que crezcan como personas felices.

1. Cariño. Si, lo sabemos lo has leído muchas veces, el cariño es la base de la felicidad, las personas somos seres que necesitamos afecto y comprensión de nuestros seres cercanos. Nosotros somos la referencia y las personas mas cercanas a nuestros hijos por lo tanto nos toca a nosotros como padres ofrecer ese cariño.

2. Cuanto menos ruido mejor. Ni una sola voz mas alta que otra, se trata de hablar claro, no mas alto. Lo único que conseguirás gritando es que te tema, no que te respete. Con un tono amable captas su atención y haces atractivas tus palabras.

3. Sustituye el «no» rotundo por un «mejor así». Si eres ejemplo para tus hijos y ofreces otras opciones, a la vez que modelas sus conductas, ofreces nuevos aprendizajes para hacer las cosas mejor.

4. Ofréceles libertad. Libertad para equivocarse, para explorar, aprender cosas nuevas por sí mismos y para tener responsabilidades. No intentemos hacer todo por ellos ni ponerles las cosas demasiado fáciles. Está demostrado que las personas que consiguen las cosas por sí mismos tienen mejor autoestima.

5. Ofrece tiempo de calidad a tus hijos. La felicidad de nuestros hijos es directamente proporcional a la calidad de tiempo que pasamos con ellos.

¡ Vamos a aprender jugando !

 

El juego como herramienta de aprendizaje.

Para los niños el juego es una forma de ocio que les ayuda a divertirse y relajarse, pero lo que ellos desconocen es que el juego también es una herramienta muy útil para aprender, y sobretodo para hacerlo de una forma amena a través de la experiencia.

Todo juego tiene que tener una intencionalidad ya que  nos ayuda a conseguir un cambio y lo más importante del juego es el proceso, no el fin.

Para poder plantear un juego didáctico, antes debemos de pensar en: qué se quiere trabajar, cúal es el objetivo que queremos cumplir, cómo se llevará a cabo el proceso y de de qué recursos disponemos.

¿Qué debemos de conocer para poder llevarlo a cabo?. Debemos de:

  • Dominar los contenidos que queremos trabajar.
  • Despertar el interés de los niños.
  • Adaptar el juego a la edad con la que se va a trabajar.
  • Aprender a dirigir el juego.
  • Establecer las reglas del juego.
  • Practicar el juego antes de llevarlo a cabo con los niños.
  • Preparar todo antes de que comience el juego.
  • Preparar otra actividad por si el grupo se cansa.
  • Prevenir posibles dificultades que se puedan encontrar.

¿Qué obtenemos a través del juego?

  • Fomentar valores y conocimientos.
  • Aprender a dirigir.
  • Trabajar en equipo.
  • Fomentar la competición sana.
  • Generar expresividad y confianza en sí mismos.

¿ Qué tal te ha ido en el cole?

Es muy normal que ante la pregunta ¿qué tal te ha ido en el cole? la mayoría de los niños contesten con un simple y escueto «bien». Claro que con esta respuesta, muchos padres nos quedamos con las ganas de poder saber algo más.

Existen otra formas de preguntar lo mismo y de esta manera también obtener mejores respuestas, pero además nos van a ayudar a favorecer el clima de comunicación entre nosotros y nuestros hijos.

El siguiente enlace nos propone 25 formas de preguntar de una manera diferente.

La importancia de la empatía

 

 

En nuestro día a día, la empatía es una parte fundamental de nuestras habilidades sociales. Nos ayuda a entender lo que otro individuo siente y así poder responder en consecuencia. No es necesario vivir las mismas experiencias para entender mejor a los demás, sino que debemos ser capaces de entender lo que la otra persona piensa y siente. La empatía no es algo que adquirimos desde que nacemos, es una habilidad que podemos desarrollar a lo largo de los años.

 

Es muy importante que fomentemos esta capacidad en los niños desde que son pequeños. A través de esta capacidad podrán entender los sentimientos de los demás, cuándo se ha hecho daño a otras personas, desarrollaran mejor la sociabilidad, actuarán teniendo en cuenta a los demás y fortalecerá su autoestima. Por ello, aquí les mostramos algunas actividades:

 

  • Pintar caras que expresen emociones. Ellos mismos deben de dibujar en un folio en blanco el dibujo de una cara alegre, triste, etc y después deben de comentar cuándo se sienten así y por qué.

 

  • Hacer caretas. Los niños deberán de hacer máscaras con diferentes emociones y después tienen que representarlo.

 

  • Leer cuentos, ver películas y series. Debemos de dialogar con ellos sobre las diferentes emociones que han experimentado los personajes de la historia.

 

  • Juego de Role-Playing. Debemos intercambiar los papeles y que ellos hagan de profesores, padres, hermanos, etc. Preparamos tarjetas con las características de los personajes y nos disfrazamos.

 

  • Actividad: ¿Cómo te sentirías tú, si…?.

 

  • Reflexionar con ellos sobre diferentes situaciones y generar debates.

 

  • Actividad / juego: explorar qué le pasa y que sienten los demás a través de preguntas.

Mediación: ¡Ayúdame a resolver los conflictos!

 

Igual que a los adultos, a los niños también les surgen problemas, conflictos o peleas que podemos ayudarles a resolver. Debemos ofrecerles herramientas que les ayuden a afrontar sus propios conflictos o dificultades. Para ello les indicamos algunas pautas a seguir:

  • Permanecer en calma. Parece algo sencillo pero en el momento del conflicto puede ser muy difícil. Debemos enseñarles a valorar, que la violencia solo lleva a más violencia.
  • Hay que hacerles entender que todos los niños se enfadan y que es muy bueno expresar sus sentimientos y emociones con palabras. Debemos favorecer la comunicación con los hijos.
  • Proponer varias soluciones y analizar si la solución que hemos elegido nos ayuda a resolver los conflictos.
  • Utilizar otros recursos como el humor para solucionar un conflicto.
  • Dar ejemplo como adultos de cómo debemos de afrontarlo y comportarnos.
  • Utilizar conflictos que puedan surgir en el hogar para mostrarles cómo podemos afrontarlos.

 

También les indicamos cómo resolver el conflicto paso a paso:

  1. Identificar el conflicto y hablar sobre lo que ha pasado, quién ha participado en el conflicto y qué soluciones se han dado.
  2. Ayudar al niño a que exprese cómo se siente y que escuche cómo se siente la otra persona. Deben de expresar sus emociones sobre lo que ha pasado.
  3. Hacer que ambas partes se escuchen y escucharles.
  4. Proponer entre todos diferentes opciones, diferentes soluciones que se pueden dar entre todos hasta llegar a un consenso. También se debe valorar los inconvenientes y ventajas de esas opciones.
  5. Valorar lo ocurrido, llevar a cabo la solución elegida y evaluar si ha mejorado la situación.

 

¡NO! ¡No quiero hacerlo! 6 consejos para afrontar la etapa negativista.

1. Explicar sin reñir: Muchas veces pensamos que saben ya todas las normas básicas. En ocasiones, sólo se saltan normas porque no las conocen y están probando “que ocurre si hago esto…” Hay que decirles tranquilamente que eso no se hace y enseñarles una alternativa.

2. No a los gritos: Si nos dejamos llevar por la rabieta, pataleta y empezamos a gritar, podemos llegar al absurdo de decir gritando “¡NO GRITES!”. Si le hablamos suavemente, le distraemos, redirigimos los intereses del momento, habrá más calma para tratar el tema.

3. Hacemos las cosas a modo de juego: Divertirse haciendo las cosas cotidianas es productivo, podemos participar en un concurso de “ser el más rápido vistiéndose”, a ver quién llega antes hasta la bañera… Acabaremos la tarea con satisfacción doble: se ha hecho la tarea y hemos pasado un rato divertido.

4. En vez de prohibir, enseñamos con motivos: No es lo mismo decir “No saltes encima del sofá” que decir “en el sofá mejor sentados, si lo ensucias luego no nos podremos sentar”. Explicar una misma cosa de forma positiva es una buena ejercitación para los padres a cualquier edad.

5. La forma de sancionar: Es necesario que las amenazas de los padres sean seguidos por efectos reales, de lo contrario se pierde la credibilidad y la efectividad.

6. Los refuerzos positivos: El niño necesita felicitaciones. Cuando se lo merece, debe ser felicitado por lo que ha hecho. Son necesarios los momentos de cariño, de reconocimiento por lo bueno que ha sido y de dar en cierto momentos esos “mimos” tan necesarios para los más pequeños.

Escuela de padres: Técnicas de Estudio y Orientación en Educación Primaria

 

Este lunes realizamos una nueva sesión de la Escuela de Padres en la que se habló de la importancia de crear hábitos de estudio y la organización del tiempo, entre otras orientaciones, en la etapa de Educación Primaria. Dado que a veces resulta complicado, aquí les facilitamos el siguiente enlace donde podrán consultar un resumen de todas las pautas y orientaciones  dadas durante la sesión.

Celos entre hermanos

 

Los celos entre hermanos son sentimientos naturales que se dan en muchas familias. Se caracteriza por la sensación de creer que ya no son correspondidos por las personas que quieren (lo padres) y se sienten desplazados. Esta situación puede crear odio y rechazo hacia personas que quieren mucho. Por ello, aquí les ofrecemos una serie de consejos que pueden seguir:

  • Dedicarle el mismo tiempo a todos los hermanos, independientemente de la edad que tengan (aunque sean mayores también necesitan tiempo de sus padres), hay que dedicarles la misma atención.
  • Realizar actividades juntos, ya sea toda la familia o solo entre los hermanos.
  • Dedicar tiempo a hablar toda la familia y que todos tengan la oportunidad de expresar sus opiniones (positivas y negativas) sin que resulte dañino para nadie.
  • Reconocer las fortalezas de todos los hermanos e intentar que se apoyen entre ellos, deben verse como amigos y hermanos y no como rivales.
  • No mostrar más interés por un hermano que por otro, no tener preferencia por alguno de los hijos y evitar comparaciones entre ellos.
  • Es importante mantener una actitud justa, por igual, para todos los hermanos y mostrar empatía hacia ellos.
  • Si en la familia se dan problemas de celos entre hermanos es importante que trabajen juntos, realizando actividades diferentes (juegos, deportes, tareas del hogar, etc).
  • Prevenir situaciones en las que se puedan dar comportamientos celosos hablando con ellos y preparándoles para afrontar lo que pueda suceder.
  • Es importante mostrarles los errores como una forma de aprender. También se debe de felicitar los logros y los aspectos positivos, siempre por igual para todos.

5 CLAVES PARA MEJORAR EL AMBIENTE FAMILIAR

Family_Portrait

Todos hemos leído muchas pautas para implantar normas y límites a nuestros hijos. El trabajo que debemos hacer no es sólo leer y aplicar, sino que hay un paso intermedio al cual se debería conceder la máxima importancia: adaptar las pautas a nuestra realidad. Preguntarnos: ¿Las puedo aplicar habitualmente? ¿Puedo incorporar estas pautas a mis rutinas y hábitos de vida? ¿Puedo hacerlo en el tiempo que tengo de dedicación a mis hijos?

Para ayudaros, queremos ofrecer unas pautas sencillas, abiertas y con posibilidades de adaptación a cada familia de nuestro Colegio.

  1. Acordar normas entre progenitores o personas que están al cargo de la educación de los niños. No podemos ofrecer normas contradictorias y permitir lo que otros no permiten, sólo causaremos confusión.
  2. Ayudaremos a los pequeños a organizarse estableciendo rutinas. Ellos sabrán lo que van a hacer después y eso les da tranquilidad.
  3. Ser claro y conciso cuando demos consejos o indiquemos si algo está bien o mal. Si decimos frases como “Pórtate bien”, “Eres un torpe”, “Siempre lo haces mal”… nos vamos a generalizaciones que no ayudan a los pequeños porque no lo entienden. Debemos ser concretos: Has recogido los juguetes bien, hoy has comido bien, no rompas los juguetes, lo has hecho genial (justo después de realizar una acción),
  4. Hablar con un lenguaje claro y frases muy cortas, en tono firme pero tranquilo. De nada nos sirve dar grandes argumentaciones a los pequeños, ni repetir la misma frase como un disco rayado. Frases cortas y dar tiempo para que se cumplan.
  5. Establecer consecuencias a sus actos. No nos vale el simple hecho de premios o castigos materiales, si hace algo bien debemos valorarlo y si hace algo mal dejar que asuma su consecuencia sin enfadarnos (si rompe un juguete explicarle que no puede jugar más con él…).

Las normas para los pequeños son una guía, ellos no saben que se debe y que no se debe hacer por lo que van poniendo a prueba todas las posibilidades, será nuestra reacción a sus hechos lo que les refuerce o no sus conductas.

Si las normas son sencillas y claras ellos se sentirán más seguros porque las comprenden y les ofrecemos un apoyo para seguir desarrollando su personalidad.

Aplicando el sentido común a la hora de educar a nuestros hijos lograremos una evolución de su comportamiento positivo. De este modo los miembros del ámbito familiar nos encontraremos en armonía a la hora de tomar decisiones e involucrados en la educación.