LA REINA A

La reina A es alta y alegre. Casi siempre tiene un brazo doblado para llevar un gran cesto de amapolas, que son las flores de su jardín que más le gustan. Como sus hijos saben que le entusiasman las flores de vivos colores, entienden con facilidad sus «¡A, a, a, a!» de sorpresa o alegría, según sea la flor que encuentre en el jardín. A veces sus «¡A, a, a, a!» son de tristeza si ve alguna flor pisoteada o arrancada por el viento. Ya sabéis que a la reina A le encantan las flores y, como es muy trabajadora, todos los años, en primavera, organiza una exposición de flores en el jardín: azucenas, amapolas, azaleas… Además, sabe hacer exquisitos postres (frutas en almíbar, crema de albaricoque, galletas de almendras y avellanas…), que le salen muy bien con la ayuda de su marido. Luego los prueban entre los dos: «¡A, a, a, a! ¡Está tan rico!» o «¡A, a, a, a! ¡Vamos a comer un poco más!». Y él contesta: «¡U, u, u, u!», que quiere decir: «¡Ya estoy lleno!».

A la reina le encanta hacer gimnasia y estar en forma. El ejercicio que más le gusta es el que realiza con su aaaaro: se lo coloca en la cintura y lo hace bailar dando vueltas y más vueltas; luego en un brazo, en el otro, en una pierna, en la otra…, y cuando termina está cansadísima. Le resulta tan divertido que otros días lo lanza a rodar cuesta abajo y ella corre detrás intentando cogerlo, pero casi nunca puede. Lo que sí consigue haciendo ejercicio es estar en forma y sentirse más fuerte. La reina A gobierna el País de las Letras junto al rey U, y todos la quieren y la respetan. A ella le gustaría que todos os llevaseis tan bien en clase como los habitantes de su país, y que os ayudaseis en las tareas. Por la noche está tan cansada que dice: «¡A, a, a, a! ¡Qué cansada estoy, pero qué cansada estoy…!». Entonces, el rey le habla dulcemente: «¡U, u, u, u!, descansa, cariño, que yo me ocuparé de que nadie te moleste». Cierran un poco las ventanas y así, a oscuras, se van a dormir. Nosotros también vamos a descansar un poco y nos quedaremos en silencio para no despertar a la reina A.https://youtu.be/IqEo0moRxLk

 

HAPPY HALLOWEEN!

What can I see…?? Witches… ghosts… skeletons… pumpkins… monsters everywhere!

THIS IS HALLOWEEN!!

We have had an exciting and fantastic day! We have started the day singing some Halloween songs and dancing. There you have our songs…

After that, we have painted some creepy monsters… And we have seen a Halloween show and had a delicious snack to finish the day.

Les parties du corps- 4 ans

Les élèves de 4 ans ont appris les parties du corps et du visage. Ils connaissent quelques mots comme: le nez, la bouche, les oreilles, les épaules, les mains etc. Nous avons dansé avec deux chansons très amusantes: la polka et la célèbre chanson “ tête, epaule, genoux et pieds” Je vous laisse ci-joints les liens, profitez-en! Les élèves de 4 ans ont appris les parties du corps et du visage. Ils connaissent quelques mots comme: le nez, la bouche, les oreilles, les épaules, les mains etc.

Nous avons dansé avec deux chansons très amusantes: la polka et la célèbre chanson “ tête, epaule, genoux et pieds» On vous laisse ci-joint le lien d´une chanson, profitez-en!les-parties-du-corps-1-638

 

 

El Señor del dinero

Hoy el Señor Estudioso ha venido acompañado del Señor del dinero y nos han traído muuuuuuuuuchas monedas de chocolate, ya que esta letra nueva es la encargada de cuidar el dinero del País de las letras.

Aquí os dejamos el cuento de esta letra nueva para que sepáis un poquito más de ella.

 

En el País de las Letras hay un señor encargado de guardar el dinero: el señor D; sí, es la letra para decir ddddinero. Además de guardar el dinero, se encarga de acompañar a los reyes cuando van de compras, porque es el responsable de pagar.

Desde que se hizo cargo de este trabajo, colocó el dinero en una mochila y se la colgó en la espalda. Al principio tenía dos correas para sujetarla, pero, como lleva siempre mucho dinero, se le rompió una de ellas y todavía no ha tenido tiempo de arreglarla. La bolsa le cuelga hasta el trasero y le pesa mucho.

Gracias a su mochila, que está siempre llena de monedas, pudo salvarse una vez. Veréis lo que pasó…

Un día, el rey le dijo: —Ve al banco a llevar todo el dinero que nos han pagado y el que hemos ahorrado. Ten mucho cuidado, no lo vayas a perder ni dejes que te roben los ladrones.

—No os preocupéis —dijo el señor D—, soy muy cuidadoso y además me acompaña Timbo, el elefante del príncipe E; con él no creo que nadie se atreva a atracarme.

—Bien, bien —contestó el rey—, ya sabes que si te pasa algo, nos quedaremos arruinados.

  El señor del ddddinero recogió las monedas y las metió en la mochila. Luego bajó al jardín a buscar al elefante, que estaba regando las flores con su trompa.  El elefante se puso muy contento al ver al señor D porque siempre le traía ddddátiles.

El señor D y el elefante llegaron al banco: el elefante tuvo que quedarse en la calle porque no cabía por la puerta. Solo entró el señor D con el dinero. ¡Qué susto se dio cuando vio que unos ladrones estaban atracando el banco y cargando el dinero en unos sacos para llevárselo en un coche! 

El tesorero D o señor del dinero El señor D era valiente y, sin dudarlo ni un momento, hizo como si fuese a quitarse la mochila, pero, en lugar de hacerlo, dio una vuelta con ella para coger impulso; así, (Imitar el movimiento.) y empujó con la pesada bolsa, llena de monedas, al ladrón que le esperaba. Al seguir dando vueltas, empujó también a otro ladrón que estaba de espaldas y lo dejó sentado con la cabeza en un sillón. El elefante, que lo estaba viendo todo, metió la trompa por la ventana y agarró por los pies al ladrón que estaba en el sillón y lo dejó en la rama de un árbol. ¡Qué risa daba verlo!

El último ladrón quiso escapar aprovechando que el elefante estaba distraído, pero ¡eso se había creído! No estaba distraído, no. Al salir, lo cogió con la trompa por la cintura y, ¡zas!, lo metió… ¿A qué no sabéis dónde?… Dentro del camión de la basura que estaba aparcado delante del mercado. ¡Qué risa daba! Se quedó con la cabeza entre las hojas de las lechugas, las pieles de las patatas, las naranjas podridas y los papeles sucios.

Luego el elefante lo cogió por las piernas y lo puso junto al otro en una rama más alta. Estaba sucio y lleno de basura por todos los lados. El señor D tocó el timbre de alarma y la policía vino a buscar a los ladrones para llevárselos a la cárcel. La gente gritaba: «¡Viva el señor D! ¡Viva el elefante!».

Los reyes llamaron al señor D para felicitarle, y toda la Familia Real estuvo presente. Le invitaron a pasear con ellos y se hicieron buenos amigos. Los príncipes siempre querían que les contara su aventura con los ladrones y a él le gustaba hacerlo. 

 

Visitas Inesperadas

Esta semana hemos recibido una visita que no esperábamos, ¡nos han traído una tortuga!, se llama Nieve, y es Daniel.

Apenas pudimos ver su cabecita , por que eramos muchos y estaba muy asustada., pero nos ha encantado!

Muchas gracias Daniel por compartirla con nosotros!