La presumida B

Hoy ha venido a vernos la letra más presumida de todo el País de las letras, la presumida B. Tan fina ella con sus tacones, elegante con su bolso, la hemos encontrado en el espejo retocándose un poquito.

¿Queréis conocerla un poquito más? Seguid leyendo.

 

La señorita B es muy presumida. Le gusta parecer más alta de lo que es, por eso siempre usa zapatos de tacón, tanto si está en su casa como si hace deporte; más de una vez se ha torcido un pie y lo ha tenido que llevar vendado. Además de los zapatos siempre lleva bbbbolso.

Los tiene de todos los colores: blancos, rojos, azules, negros, marrones, etc., de manera que con cada vestido lleva unos zapatos y un bolso a juego. Dentro del bolso lleva muchas cosas. 

Cuando va a la pastelería del señor P, lo que más le gusta son las cosas que empiezan como ella habla: bbbbizcochos, bbbbollos, bbbbatidos.

Cuando va a la compra, dice: «Quiero comprar cosas bbbbuenas, bbbbonitas y bbbbaratas». ¡Aunque eso le gusta a todo el mundo! Le gusta mucho el mar y suele salir en barca. Un día salió de su casa muy arreglada con un elegante vestido de flores, unos zapatos azules de tacón y un bolso del mismo color, y se dirigió a su barca. Cuando llevaba un rato navegando, de repente el mar empezó a enfadarse y el viento a rizar el agua hasta formar unas olas que llevaban y traían la embarcación como si fuese de juguete.

La señorita B gritaba: «¡Bbbb, bbbb, bbbb, bbbb!», que quería decir: «¡Socorro, socorro, socorro!», que es lo que grita todo el mundo cuando está en peligro. Pero nadie la oía. 

La señorita B remaba con fuerza, pero, cuando conseguía acercarse a la orilla, una ola mayor la arrastraba otra vez mar adentro. De pronto vio un barco grande que se acercaba al País de las Letras. Gritó pidiendo ayuda: «¡Bbbb, bbbb, bbbb, bbbb!», que quería decir: «¡Socorro, auxilio, ayúdenme…, me arrastran las olas…! ¡Socorroooo!».

Como no la oían, dejó los remos y se puso de pie. Con el bolso les hacía señas, pero con aquellos tacones tan altos era muy difícil mantener el equilibrio; una y otra vez se caía y se volvía a levantar. Cuando por fin la vieron, los del barco grande se acercaron para salvarla. La señorita B los esperaba de pie en el barco moviéndose sin parar por culpa de las olas y de los tacones.

En uno de aquellos movimientos se le enganchó el tacón y, al dar un tirón para sacarlo,  perdió el equilibrio y cayó al mar. ¡Qué fría estaba el agua! ¡Qué baño más desagradable! Otra vez volvió a gritar: «¡Bbbb, bbbb, bbbb, bbbb!». 

Los del barco le echaron un salvavidas. Ella se agarró con fuerza y, poco a poco, la fueron arrastrando hasta el barco. Una vez a salvo en el barco, sin ni siquiera dar las gracias, gritó: «Mi bolsoooo, mi bolsoooo…», como si se tratara de un amigo o un hermano. Consiguieron sacar el bolso con un gancho y se lo entregaron a la señorita B. Ella lo secó con mucho cariño y lo guardó como recuerdo de su aventura. Su hermano la regañó muchísimo y ella se dio cuenta de que casi se ahoga por presumida. Prometió que en adelante llevaría zapatillas de deporte para ir en su barca y que se fijaría muy bien en lo que dijese el hombre del tiempo sobre las tormentas. A consecuencia del remojón, cogió un buen catarro y tuvo que quedarse en casa unos días. Para distraerse se asomaba al bbbbalcón y desde allí veía trabajar a su hermano, al que muy pronto conoceréis, sirviendo refrescos en el bbbbar. ¿Os ha gustado? No la olvidéis.

 

WE BECOME PAINTERS

Good morning everyone!

As you already know, we started to play in activity corners this year. But we have a new corner in our classroom…  The easel!

There we have some colours and paint brushes, and we can develop our creativity. And when the painting is dry, we can take it home.

We love to paint there!!

Motricidad fina

En Educación Infantil es  muy importante trabajar la motricidad fina como iniciación, entre otras cosas, a la escritura.

Os animamos a que en casa la fomentéis con actividades y juegos tan sencillos como estos que realizamos en el cole.

Pequeños lectores

Desde el cole trabajamos y promovemos todos los beneficios de la lectura y para ello, fomentamos este hábitos desde las etapas más tempranas.

Aprendemos a cuidar los cuentos, a hablar en público, a relacionarnos más y mejor con los amigos y, sobre todo, a disfrutar.

Our Feelings

Continuamos trabajando en nuestro proyecto de las emociones, esta vez con un juego muy divertido, tirar el dado y buscar e identificar la emoción, colocándonos cerca de la misma.

Ha salido de maravilla, y se lo han pasado genial tirando el dado!

 

 

 

El portero Ll

Hoy ha venido a vernos el portero del País de las letras la Ll, cargadito con su puñado de llaves, ha ayudado hoy a las profes a abrir las puertas de las clases.

Os dejamos el cuento para que sepáis mas de él.

Os voy a presentar al portero de palacio. Fijaos bien para ver si sabéis a quién se parece este personaje. ¿A quién?… (Animar a los niños a que descubran el parecido con el lechero L.) El lechero L y el portero LL son…  primos. Por eso se parecen tanto, aunque el portero es más gordo que el lechero. 

El portero habla de una forma rarísima y hay mucha gente mayor que no sabe hablar así. Fijaos bien, ¿qué lleva colgado del brazo?… Llaves. Lo decimos alargando un poco la letra y sabremos cómo habla este señor: «Llllllllaves, llllllllaves, llllllllaves, llllllllaves». Mirad cómo pongo yo la boca; torcida, aplastando la lengua sobre el paladar para que me salga bien: «llllllllaveeee, lllllllleeee, lllllllleeee…», y no la confundiremos con otra que se dice suavemente: «yyyyeeee…». Así habla el señor LL cuando, por las mañanas, va cargado con sus llaves a abrir las cincuenta puertas del castillo: «Llllllll, llllllll, llllllll, llllllll». El señor LL es muy educado y siempre saluda a todo el mundo. El sol, que es muy madrugador, sonríe contento cuando ve que se levanta tan temprano como él y le envía el mejor de sus rayos a través de la ventana.

Cuando llega al castillo cargado con sus, llaves saluda a los reyes diciendo: «Llllllll, llllllll, llllllll, llllllll», que quiere decir: «Buenos días, señores, ¿han dormido bien?». Abrir todas las puertas le cuesta mucho esfuerzo y acaba cansado y sudoroso. Lo peor es cuando llllllllueve, porque se moja como un pez y a él no le gusta estar mojado. Menos mal que su primo, el lechero L, le prepara rápidamente un vaso de leche bien caliente para que se la beba mientras se cambia de ropa. En el palacio, al acompañar a la Familia Real, hablan así: «lla, lle, lli, llo, llu». Vamos a decir palabras: llama, llora, lluvia, rodilla, cabello, mejilla, tobillo, caballo, collar, cuello… 

Por la tarde, cuando el sol se esconde detrás de las montañas, nuestro portero LL vuelve a cerrar todas las puertas para que nadie moleste a la Familia Real mientras duerme.

Un día, mientras hacía su trabajo, oyó que alguien le decía: «Vete, vete, vete»; se volvió y, como no vio a nadie, siguió su camino, pero otra vez volvió a oír lo mismo.El señor LL empezó a enfadarse: «¿Quién será el que me habla de esa manera tan poco educada?… Seguiré caminando…».

Sin hacer caso a las voces, continuó su camino y de nuevo oyó, muy cerca: «Vete, vete y vete, ¿estás sordo o qué te pasa?». Sintió un golpe en el hombro, se volvió y… ¿a que no sabéis a quién vio?… Un loro. Sí, un loro de todos los colores que, con las alas levantadas, le quería dar otro golpe con el pico, porque creía que no le hacía caso. ¿Por dónde había entrado?… 

Pues resulta que había entrado por una ventana muy alta que no se cerraba nunca. Hablaba con tan mala educación porque se había escapado del País de los Gigantes. Menos mal que nuestro portero LL y su primo L se dedicaron a educarlo bien y, al fin, consiguieron que pidiera las cosas por favor, que diese las gracias y que saludase a todo el mundo correctamente. Se convirtió en su animal de compañía y en la admiración de todos los habitantes del País de las Letras.

 

 

¡AL AGUA!

Poco a poco vamos bajando a disfrutar de una nueva experiencia, la piscina. Los niños están encantados, disfrutan, experimentan y juegan. Esperamos que dentro de poco estemos todos.

Lo pasamos genial.