WE HAVE BEEN MAKING OUR OWN AUTUMN LEAVES WITH DIFFERENT COLOR PAPERS! WE HAD A REALLY GOOD TIME ALL TOGETHER AND WE LEARN A LOT OF THINGS ABOUT AUTUMN.
Author: Infantil
Letrilandia: El Panadero p
EL PELUQUERO P QUE LUEGO FUE PANADERO
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Uno de los problemas que preocupaban a los reyes del País de las letras era que en su país no había peluqueros. Pidieron voluntarios y se ofrecieron varios para realizar el trabajo, pero lo hacían tan mal que duraron muy poco tiempo. El último que se presentó fue el señor P; empezó su trabajo y todos salían muy contentos: lavaba, peinaba y cortaba el pelo y además cobraba poco dinero.
Un día el señor P había dormido poco y estaba algo despistado, entró una señora a rizarse el pelo y se lo cortó tan corto, tan corto, que casi parecía calva ¡Qué disgusto el de la señora! Lloró, se enfadó, gritó, pero aquello no tenía remedio. Otro día fue un señor a cortarse el pelo, pero él se lo rizó como a una señora y le preguntó si quería que le hiciese un moño. ¡Huy!, Aquel señor salió corriendo de la peluquería y no volvió más.
Como no dejaba de tener despistes, los reyes sugirieron al señor P que dejasela peluquería y buscase otro trabajo. El señor P pidió ppperdón y se fue a su casa. Habló con su familia, y le convencieron de que lo mejor para que le perdonasen, era que pusiese una pppppanadería-pppastelería. El señor P lo estuvo pensando, habló con los vecinos y ellos le animaron también. Dicho y hecho, empezó a hacer pasteles y todos le decían que eran riquísimos y baratos.
Por las mañanas, a la hora del desayuno, el señor P iba al castillo a llevar a la Familia Real los bollos recién sacados del horno. Muchos días le encargaban también una tarta para el pppostre, o ppporras, pppicatostes. Cuando llega al castillo, habla un poco con cada uno para enterarse de lo que le gusta más. Son tan parlanchines que cuando se juntan hablan todos a la vez. Cuando hablan todos juntos dicen cosas que se entienden, como papa, pío, pupa, pipa, y otras muchas. Si al panadero le acompaña su mujer, aún dirán muchas más. Pronto la conoceréis y hablaremos con ella.
Nuestros primeros trabajos
Ya llevamos dos semanas de cole y parece que todos nos vamos adaptando al aula, a las profes, los compis y las rutinas. Cada vez estamos mejor, más contentos y participativos, lloramos menos y jugamos más!!!
Pero no todo es juego, también hemos comenzado a realizar nuestros primeros trabajos, a experimentar con distintos materiales y mancharnos un montón.
Aquí os dejamos una pequeña muestra de ello, para que os hagáis a la idea de todo lo que nuestros “grandes peques” son capaces de hacer.
El camarero V
El hermano de la señorita B es más bajito que su hermana. Su forma de hablar es igual; por eso resulta muy fácil confundirlos.
Se pasa todo el día en el bar sirviendo vvvvvasos de naranjada y limonada, y de leche para los niños y las niñas.
Acaba con dolor de pies y eso que usa zapatos bajos para cansarse menos y coger la bandeja con más seguridad. Como no tiene ayuda se cansa mucho y además en verano ponen la terraza y los paseos son más largos.
Tanto y tanto trabajó que la doctora le mandó ir unos días de vacaciones
a un sitio tranquilo, así que la señorita B se ofreció a realizar su trabajo.
Aunque presumida era muy buena hermana.
Entonces empezó el lío, el Señor Estudioso que estaba dibujando el cuerpo del camarero para poder escribir vaso, vino, viernes, vacaciones…, se quedó muy sorprendido cuando vio a la señorita B y la oyó hablar: “ ¡Que raro! ¡Si habla como el camarero! ¡Si suena igualito!” Al pensar esto se le ocurrió que sería divertido poner algunas palabras con el cuerpo de esta señorita y así lo hizo.
El Señor Estudioso era muy bromista y quería ver si la gente aprendía a escribir bien cada palabra o eran unos despistados.
Se lo contó al rey U, que le dijo: “Haced lo que queráis, pero si alguien se equivoca, le diremos que es un despistado”. Desde aquel día es complicado para
las niñas y los niños que no prestan suficiente atención. Sólo existe un truco
para que estos dos hermanos no nos confundan: consiste en observar detenidamente las palabras cuando las encontramos en los libros, y si alguna
vez queréis escribir palabras que suenen “ba, be, bi, bo, bu”, y no sabéis si
poner a la presumida B o al camarero V, preguntádselo a alguna persona mayor.,
que os los dirá encantada.