¡¡¡¡Feliz año a todos!!!! Ya estamos de vuelta, y a nosotros nos ha venido hoy a visitar hoy el señor estudioso con el camarero V, y para celebrar el año nuevo, nos han traído champagne (de niños eso sí jejeje).
Aquí os dejamos el cuento
Hoy vamos a conocer al hermano de la señorita B y comprobar en qué se parece a su hermana. Aunque no es tan alto como ella, su forma de hablar es igual; por eso resulta muy fácil confundirlos.
El camarero V pasa todo el día en el bar sirviendo vvvvasos de naranjada y limonada. También lleva vvvvasos de leche a los niños, a los abuelos o a los papás. Acaba con dolor de pies, y eso que no lleva zapatos de tacón como su hermana; siempre usa zapatos cómodos para cansarse menos y llevar la bandeja con seguridad.
Como no tiene ayuda, todo el día está yendo y viniendo de la barra a las mesas para atender a los clientes. Además, en verano saca las mesas a la terraza, y entonces los paseos son mucho más largos y termina cansadísimo. ¡Pobre camarero V! ¡Cuánto tiene que trabajar! Tanto y tanto trabajó que la doctora le recetó unos días de vacaciones en un sitio tranquilo, así que la señorita B se ofreció a realizar su trabajo. Aunque presumida, era buena hermana.
Entonces empezó el lío. El señor Estudioso, que estaba dibujando el cuerpo del camarero para poder escribir palabras como vaso, viernes, vuelta, vacaciones, vela, se quedó muy sorprendido cuando vio a la señorita B en el bar y la oyó hablar: «¡Qué raro! ¡Si habla como el camarero V! ¡Si suena igualito!».
Al pensar estas cosas, se le ocurrió que sería muy divertido poner algunas palabras con el cuerpo de esta señorita. Así lo hizo. La dibujó para poner bolso, batidos, bueno, bonito, barato, bocadillo… El señor Estudioso era muy bromista y quería ver si la gente aprendía a escribir bien cada palabra o si eran unos despistados. Se lo contó al rey U, que le dijo: —Haz lo que quieras, pero, si alguien se equivoca, le diremos que es un despistado. —¡Bravo, bravo! —aplaudió el señor Estudioso.
Desde aquel día es complicado para los niños que no prestan suficiente atención. Solo existe un truco para que estos hermanos no nos confundan: consiste en observar detenidamente las palabras cuando las encontramos en los libros y si alguna vez queréis escribir «ba», «be», «bi», «bo», «bu», o palabras con ese sonido, y no sabéis si poner a la presumida B o al camarero V, preguntádselo a alguna persona mayor, que os lo dirá encantada.
Os voy a decir tres palabras que se escriben con el camarero V: vaso, vaca, ventana.
También os voy a decir tres palabras que se escriben con la presumida B: barco, bolso, balcón.